Sigo cayendo en tu mente, con toda tu pasión; le llamo tela de araña... despavorido de tu miedo y renacido por mi valor, sigo extrañando sentirme seguro que había algo por que seguir en esta tormenta de vida que no termina.
Estoy escribiendo por necesidad y no por demostrar, sigo viajando por volar y no por conquistar, sigo de pie por vivir y no por miedo a morir... sigo pensando que esa luna que miro fríamente por las noches me traerá la paz que necesito para dormir tranquilamente, sin tener que pensarte antes de irme a donde el ocaso no existe, ni la materia te limita a traspasar, a donde solo puedo tenerte sin sentir miedo de perderte. Colócame donde te he puesto, mátame y bésame suavemente de nuevo... mis recuerdos y mi cabeza tranquilizan mi mente en tu ausencia y mi visión se enfoca en buscar tu atención en mi locura, pero toda persona tiene sus temporadas y algún día tu primavera se marchitará como el otoño y se secará como las hojas en invierno... y entonces ese día, estaré tranquilo y dejaré en paz a la luna de mi y de ti... ese día descansaré y dejaré de pensar en mi tranquilidad entre tus dedos, entres tus brazos, entre tu cuerpo...
Hasta ese día, seguiré pensando en que eres la única y lo que necesito en mi mundo... mi propio mundo que puedes tomar en tus manos y crear vida... Jugaras como diosa en él? No tengas miedo de romperme, desde siempre he estado roto; no me puedes tirar pues desde siempre he estado abajo... te necesito esta noche, necesito tus ojos y tu risa sentir que corroen mi cuerpo y mi alma en la oscuridad de mi vida.
.......................................................................................................
......................................................................................................
Hoy recordé como te observaba mientras preparabas nuestro desayuno. Sentado en aquella sala reconocí que te había aceptado como parte de mi realidad, ya no me resultas una extraña como al principio, ahora eres tan natural como mis manos, como el despertar de cada día y el percibir la luz a través de la retina sabiendo que por un día más, he resucitado. Noche tras noche moría contigo después de hacer el amor. Ya dejé de sorprenderme con tu espíritu para hacerlo parte de mi realidad. Tu esencia ahora me acompaña a donde quiera que voy. Tu forma simple de decirme que soy un estúpido, o por lo menos de pensarlo como cuando me mirabas de esa manera tan tuya. Tu forma maternal de decirme que debo de doblar bien las sábanas, que debo de peinarme bien esos pelos (nunca te ves en el espejo?), todo con absoluta paciencia y ternura. Criatura dual, ¿Quién podría hacer eso de la misma manera? Nadie. Me reafirmabas, habías hecho de mí un ser hogareño y habías matado al nómada.
Ignoras por completo aquello que considero bueno para mí y simplemente me haces saber sin palabras que tu manera de hacer las cosas es la correcta. En pocas palabras, que no tengo ni la más remota idea de lo que me conviene. Sonrío y comienzo a secar los platos. Miro una revista de moda en la mesita y me pregunto qué estará haciendo en ese lugar. Jamás te han gustado argumentando que simplemente enajenan la mente de las mujeres y que por eso está el país como está. Observo que está abierta en un artículo sobre el "Verdadero Amor" y te vuelvo a observar. Más tarde te veo echar la revista a la basura.
Sales de la cocina quitándote la ropa y te metes a ducharte. Estoy absolutamente de acuerdo contigo, mujer profunda. No sabía lo afortunado que era al tenerte conmigo, al saberte cerca momento a momento. Al saber que sabes que siempre estaré pensando en ti recordando como simplemente quedábamos callados recargándonos uno junto al otro.
Amaba oler tu pelo...
Hay parejas que pasan una vida sin saber lo que es vivir un verdadero romance. Dentro de todas las posibilidades, sé que en vez de simplemente observarnos, entramos dentro, el uno en el otro, en una introspección profunda que cancela el tiempo, hace obsoleto el espacio. A pesar que también mentalmente nos acariciamos, nos hacemos ovillo a veces tú, a veces yo, reconocemos que lo nuestro va más allá, mucho más allá....
Nunca me harás falta, puesto que siempre estarás conmigo. Nos encontramos en vida, y para que nuestro entorno nos dejara en paz y el destino no nos jugase una mala pasada, le guiñé un ojo a la mentira del olvido como un sacrificio que compende un todo, y aún así, el destino lo destrozó.
Es entonces que imagino que ahora tú sonríes, reconoces que soy un inocente y nos volvemos a unir, preparándonos para volver a soñar que nunca nos conocimos, y dejar que el ciclo constante continúe en su proceso.
Estoy escuchando a Sheryl Crow, sí, es la primera vez. Nadie se podría explicar cómo puedo concentrarme con este tipo de música; el hecho es que no necesito concentración cuando tengo claro lo que voy a escribir, que está ahí y que sólo hay que dejarlo salir y, francamente, para lo que tengo que decirte, tampoco necesito un claro de luna –como no sea el que entra en este momento por mi ventana, luna llena que, por otra parte, no molesta - (Sheryl Crow tampoco).
Supongo que ni imaginarás por qué te escribo. Piensa lo mejor, vas a acertar. O quién sabe? Probablemente para ti no sea malo. Bueno, al grano, me voy. Sí, me vuelvo a ir, no es nada nuevo para ti, siempre he estado partiendo, es una partida continua, esa es la verdad.. Me voy. No me preguntes a dónde, no lo sé, sólo sé que acabo de sentir que debo hacerlo y escucho a Sheryl Crow mientras escribo estas letras.
.............................................................................................................
..............................................................................................................
Qué fue del amor? Cuándo dejaste de amarme? Imagino que, aproximadamente, en el mismo momento que yo, inconsciente me empeñe en ello. Lo nuestro empezó con eso que los cursis llaman “un flechazo”, amor al primer contacto, instantáneo y simultáneo, pero, lo que son las cosas, el desamor no lo fue. Bueno, en realidad ese fue el momento en el que te diste cuenta, porque yo soy de los que piensa que no se deja de amar sino que se va dejando de amar. Un proceso, un camino entiendes?. Una metáfora fácil –pero acertada- sería ésa de la llama de la vela que se va extinguiendo en la misma medida en que se consume la cera. Sólo que todo tiene un momento final y fue en ese punto en el que no coincidimos; un simple soplido y ya está, una llama apagada. Quién sopló? Qué más da!. Un buen día abres la ventana, miras al exterior, te llenas de claro de luna, respiras hondo y cuando te das cuenta, por la misma rendija por la que entró eso que los portugueses llaman “o luar” se coló una ráfaga de realidad que apagó la vela.
Sabes qué es lo peor de todo esto? Lo peor no es el haberme dejado de amar, el haber iniciado desde entonces un movimiento centrífugo hacia el exterior del otro, no, lo peor fue no haber intentado siquiera volver a encender la vela, porque cera quedaba, no ardió toda, pero desde que tuvimos conciencia de que ya no había una almendra roja sobre el pábilo, nos resignamos a aceptar que la fuerza que nos separaba se aceleraba en proporción directa a nuestra desidia y nos preparamos para soportar la velocidad como si fuéramos dos astronautas lanzados hacia dos galaxias en diferente latitud –me pido Orión-.
Voy a permitirme una licencia autocomplaciente y voy a imaginar que, llegando al final de la carta, estás recordando y pensando en ello con una sonrisa triste. Por qué lo sientes? Por mí o por ti? Por lo que hicimos o por lo que no supimos hacer?. Te hace hermosa ese brillo instantaneo en los ojos y esa autorespuesta de -Hum! -siempre te lo dije-. Aunque rara vez he visto tus lágrimas, eres de las que lloras más por dentro, pero no te equivoques, de eso no se presume, sobre todo cuando tu ausencia de lágrimas no es capaz de tapar los quejidos del alma. Ha cambiado el disco, ahora suena Diana Krall, esa versión del bésame mucho del último CD y ahora soy yo el que llora, pero yo no presumí nunca de nada... bueno, si acaso de amarte bien...