Me llamo Miguel Ángel, desde pequeño todos me decían que me llamaba igual que el gran pintor y ante tantos llamados de atención comencé lo que era el oficio con el que me ganaría la vida. Al principio con temperas y marcadores, luego cuando pude estudiar aprendí las mas diversas técnicas.
Durante mis años de estudio descubrí que algo le faltaba a este arte, por lo que comencé a investigar. Al principio profundice en cada técnica buscando eso que faltaba, sin poder encontrarlo. Me hice experto en distintos géneros y estilos, pero fue todo en vano, seguía sin encontrar lo que le faltaba a la pintura.
A pesar de mi desconsuelo seguí buscando hasta que di en la tecla. Tras años de estudio e investigación lo descubrí. Realismo, si, si, realismo. Ninguna obra es realista, en todas hay un defecto, un error, un matiz que le arrebata el realismo. , ¿y saben por que?... porque ninguna es real, son todas representaciones de los pintores que usando un pincel sobre un pedazo de lienzo dibujan y pintan lo que imaginan y así creen que hicieron realidad su fantasía. ¡Ilusos!, no hicieron nada, sus dibujos son tan poco reales como sus imaginaciones.
Así comenzó todo, con mi increíble hallazgo, y luego vino la búsqueda, la ardua búsqueda. Recuerdo esa época, vivía para pintar. Me levantaba con el pincel en la mano y dibujaba y pintaba, combinando técnicas, colores, todo. Tuve que luchar bastante para conseguir mi objetivo, pero pude lograrlo y al igual que todo gran descubrimiento fue casual.
Volvía de buscar pinturas cuando encontré el cuerpo moribundo de un gato, el pobre se encontraba en el medio de la calle, todavía respiraba pero sus minutos estaban contados. La cabeza estaba apoyada sobre una almohada de sangre, la boca se hallaba abierta, como pidiendo ayuda y el cuerpo se encontraba en perfecto estado. Repentinamente, una pata comenzó a moverse, como si tuviera electricidad y dejo de respirar. El pobre animal había muerto. Si supieran como me conmovió esa escena, y ver el cadáver solo en el medio de la calle, encontré un realismo sobrenatural, mas que en cualquier otro lado. Guarde esa imagen en mi cerebro y corrí hasta mi casa a plasmarla en una tela. Si vieran el realismo de aquel cuadro. No era el dibujo de un gato muerto, era el gato mismo que estaba dentro de mi cuadro.
Busque en mis obras anteriores y ninguna tenia el realismo del gato muerto. Hice otros retratos de diferentes cosas pero ninguno lo igualaba. Ya para ese tiempo una idea loca giraba en mi mente y decidí probarla, para eso tuve que matar a mi perro. Me dolió hacerlo. Agarre un cuchillo de la cocina y me dirige al patio. Lo llame, no tardo en venir hacia mi, y cuando lo tuve cerca le enterré el cuchillo en el pecho buscando el corazón, para su suerte no tuve que apuñalar muchas veces ya que lo encontré enseguida. Cayo sin vida, el verde pasto comenzó a teñirse de rojo, y fui a buscar mis materiales de trabajo para pintar tan real escena.
Había encontrado la técnica, mi perro no murió, paso a vivir en mi cuadro, es por eso que tenia realismo. Lo mismo ocurrió con el gato, que tampoco murió. Mis otros retratos no podían ser reales porque no había vida en ellos y la única forma de darserla era matando los modelos en la vida real, solo así los cuadros serian reales.
Así comencé a matar ratas, arañas, sapos, todo lo que estuviera cerca de mi casa, hasta que mi pasión como pintor me llevo a pintar personas.
Como olvidarme de Carla. Siempre la voy a tener en mi corazón, para mi fue la primera y la voy a recordar como tal. Todo sucedió en una casa abandonada, cerca de la mía. Tenia únicamente paredes y techo, por lo que lleve una cama. Me puse los guantes y coloque los elementos de trabajo en el baúl del coche. Pasee por la ciudad hasta que di con ella, a pesar de que era una prostituta me basto con verla para saber que era perfecta, que hermosa se veía con esa ropa provocativa.
Subió a mi auto con una dulzura indescriptible y la lleve a la casa abandonada. Una vez adentro agarre un palo y le di un violento golpe en la cabeza, cayo al piso y la lleve en brazos hasta la cama. A pesar del fino hilo de sangre que comenzó a escaparse por la herida su cara era la de un ángel, y decidí pintarla así, como un ángel. La deposite suavemente sobre la cama tendida con un delicado cubrecamas blanco. Volví hacia mi auto a buscar mis herramientas. La desnude casi completamente, quedo únicamente con la minifalda, deje sus brazos totalmente estirados como si estuviera crucificada y los levante un poco. La suavidad de su piel era increíble y su belleza única. Hundí mi cuchillo en un costado de su cuerpo, inmediatamente arriba de la cadera, lo eleve hacia las costillas, y seguí cortando lo mas profundo que los huesos me dejaban, hasta que llegue a la axila. Carla se movió bruscamente cuando la apuñale, pero con un golpe en la garganta se le fueron las ganas de defenderse. Repetí la misma operación del otro lado y también abrí los costados de las piernas. Era un ángel, solamente le faltaban las alas.
Su imagen en la tela era sencillamente hermosa, la cabeza apoyada sobre una leve sombra de sangre, el cabello ondulado abierto como un abanico, sus redondos y firmes senos eran un deleite para los ojos, al igual que su sensual abdomen., y las piernas, ah, las piernas, tan largas y fuertes. Toda esa hermosura recubierta por una aura roja. Los brazos extendidos, detrás de ellos las imponentes alas y como fondo una gran nube blanca.
La policía no me encontró, no deje ni una huella. El cuadro esta acá en mi colección y luego de Carla vino Azucena, pero no fue igual. Azucena fue una mala elección, sin embargo su cuadro resulto bonito.
No se por que la elegí y hasta hoy me lo sigo preguntando. Era linda, pero había algo mal en ella. Para no ser hallado lo hice en otra casa. Cuando la deposite en la cama me produjo asco y decidí hacer la escena lo mas repulsiva posible. A diferencia de Carla, la desnude completamente y verla así me produjo un incontrolable deseo de abusar de aquel cuerpo, pero no podía hacerlo ya que la mera idea de pensarlo me congelaba y me encendió un odio contra la persona tirada en la cama. Con mi cuchillo le cercene la cabeza, abrí sus piernas para que sobresalieran de la cama y coloque su cabeza en su pubis, como si estuviera practicándose sexo oral. Una de sus manos la puse encima de su cabeza agarrándole el cabello y la otra sobre uno de sus senos. La pinte así, solo que en el lugar donde tendría que estar su cabeza había una mancha de sangre y entre sus piernas apenas unas gotas.
¡Que reales eran esos cuadros! Lamento no haber terminado mi tercer cuadro, ese si que iba a ser el mejor de todos, pero no me dejaron hacerlo, no me dejaron pintarlo y aun hoy no me dejan pintar.
Tara, ese era su nombre, al igual que Carla y Azucena, también trabajaba de prostituta. La lleve a otra casa abandonada y a diferencia de las anteriores ella era fea, pero con una belleza interior que superaba la hermosura física de las otras. La tendí sobre el piso y la asfixie con una almohada. Hacia tiempo que sabia lo que quería para mi tercer cuadro y me fui preparado para hacerlo. La desnude completamente y le volví a poner su camperita de jean. Abrí la escalera y me cargue a Tara al hombro. Subí hasta que di con el techo, una ves allí clave una de sus muñecas al techo, luego clave el hombro. Baje para correr la escalera y clavar el otro brazo, después repetí la operación con los tobillos. Estaba crucificada en el techo. Hundí mi cuchillo en su garganta y corte medianamente profundo hasta que llegue a su vello pubico. Clave su camperita en el techo, luego hice lo mismo con sus intestinos, estomago y demás órganos. Todos se encontraban fuera de su cuerpo pero todavía unidos a él, su cuerpo abierto en diferentes capas mostraba su belleza interior.
Me encontraba sentado, por empezar a pintar cuando apareció la policía. Me arrestaron y me dijeron que era un loco, un psicópata, como se nota que ellos no entienden de arte. El marido siempre la cuidaba cuando ella trabajaba y como pasaba el tiempo y no salía, los llamo.
Ahora me encuentro en un asilo para enfermos mentales, no me dejan pintar, y perdí mis preciadas obras. No saben que solamente quiero pintar y pintar, me encanta pintar, desde pequeño que pinto. Nadie comprende mi pasión, nadie comprende que simplemente me gusta ¿por que creen que lo hago?