Este es un ejercicio diseñado para comprender el ritmo de un texto. Lo diseñé hace tiempo como un juego de lenguaje en Flash. Lo describo aquí como escrito simple y con un solo juego de frases.
Observareis que el texto parece un puzzle. Podeis cambiar el orden de las frases y mantener el contexto, pero cambiará el ritmo. Esto debeis hacer: sencillo corta y pega. Buscar el orden que a vuestro entender contiene el mejor ritmo. No se trata de crear, sino de una fase posterior: depurar. Al hacer esto en vuestros trabajos, tanto anteriores como posteriores, notareis la aparición de los defectos de composición, repetitivos o discordantes. Es un ejercicio sencillo pero muy instructivo, comprobarlo.
En un trabajo final, se pueden reunificar las frases posteriormente con las preposiciones y adverbios necesarios para su ilación consecuente. Y, evidentemente, pudiendo alterar las mismas.
Forma de ejecución: Copia el texto una o varias veces. Luego corta y pega hasta reunirlo de otra forma. Si algo crees que no encaja ,devuelvelo a su lugar.....Cuando creas que tiene el ritmo correcto.....ligalo si puedes. Además es divertido (aprender sin esfuerzo es mi lema)
RItmos a buscar: Uno de estos ..... o todos si hay coraje para ello y decir que tipo de ritmo es el que has buscado.
Ejemplos de ritmo: Temporal Expresivo. Conceptual. Descriptivo. Poético. etc.
Este es el texto para el ejercicio:
Y esto una mezcla de ritmo tipo "Mareante":
Sobre el arco de luz del camerino se congela la expresión. La idea avanza. Su mirada se observa en el espejo contemplando el corto espacio que domina. El mimo ensaya. Admitiendo la imagen figurada. Sus labios se asombran en el interior de una triste sonrisa horizontalmente dibujada. Tensa calma. Una mano extendida en guante blanco detiene el imaginario viento y lo desplaza. No resbala. Soporta con la otra un sombrero que se escapa. Casco de coraza. Una lágrima negra se contiene perpetua en la mejilla. Manteniendo una distancia que se acaba. No hay escape, no hay llegada. Sus ojos se agrandan divisando la nada en lontananza. El pelo negro, liso y corto, arranca de unas sienes ya agrandadas. Fijo y pegado sin distinción de los cabellos, homogéneo. Todo quieto. En su rostro blanquecino la mueca se quiebra y se disfraza. Nunca dirá nada. Es un rictus de esfuerzo mantenido en el perfilado maquillaje de su cara. Inmutable expresión de sentimiento. (Falta intentar ligarlo)