Su eterna queja
¿Cuántas veces hemos leído o escuchado quejas de los diseñadores acerca de la baja remuneración que perciben por su trabajo?, ¿se trata acaso de falta de visión por no haber escogido una profesión más rentable? Actualmente cualquiera puede laborar como diseñador sin haber terminado siquiera la preparatoria, sólo hace falta un poco de imaginación, las herramientas adecuadas, y clientes dispuestos a aceptar sus servicios. El punto es que no se requiere un título de diseñador para desempeñarse como tal, contrario a otras profesiones. En ese sentido, podría considerarse falta de visión la escogencia de diseñador como carrera, no obstante tal decisión está sujeta, entre otros factores, a los gustos personales.
Independientemente de que represente una falta de visión alguien tiene que hacer el trabajo del diseñador (hablando en este caso particular del diseño web y actividades conexas) y es ahí donde entran en juego algunos de los elementos dañinos de esa profesión: “Los Pedritos del Palote” que saben hacer páginas guebs y los profesionales que regalan su trabajo. Ambos influyen en el mercado alterando negativamente la oferta de los servicios. Todos los Pedritos del Palote, que no tienen idea de la forma correcta de hacer páginas webs, que por su poco conocimiento aceptan cualquier precio por hacerlas, y los profesionales que consienten una ínfima paga, establecen estándares de precios. Esto trae como consecuencia la subvaluación de ese tipo de trabajo. Evidentemente, mientras más personas de ese estilo surjan menos ofrecerán los clientes por el servicio solicitado. Si a ti como profesional no te conviene el precio a ellos sí y, aunque la calidad de su trabajo pueda ser inferior a la tuya, a los ojos del cliente ignorante será simplemente lo que él quería: “una página gueb”.
Puedes haber pasado años estudiando en la universidad y en teoría haber perdido tu tiempo porque lamentablemente cualquiera puede leer tutoriales de CSS, XHTML, PHP, guiarse por el diseño de páginas de empresas líderes en el mercado y quitarte el trabajo. Es contrario a lo que ocurre cuando se tiene un conocimiento imprescindible que no todos dominan, tal como sucede con la mano de obra especializada, que introduce un recargo importante en el costo final del producto y es bien remunerada. El conocimiento cuesta, el conocimiento se paga pero el conocimiento prescindible y asimilable por cualquiera muy difícilmente tendrá un valor alto.
Por otro lado, no es igual la percepción que se tiene sobre el precio de un producto tangible que señalar la retribución que corresponde a un servicio. Según todo lo expuesto hasta ahora, ¿tiene o no el diseño un precio justo?. Veámoslo así, la injusticia no radica en el precio, puesto que se establece de forma similar a los demás servicios, sino en el trato, la importancia y la percepción que se le ha dado a ese tipo de trabajo. Con esto pretendo recordar que la imputación subjetiva de ciertos factores, difícilmente cuantificables, será mayor en un servicio de este tipo, con lo que la determinación final del precio podrá diferir notablemente según los criterios utilizados.
Pedrito del Palote no es un autodidacta preocupado por capacitarse y mejorar su trabajo en función de los estándares y buenas costumbres del desarrollo web, sino un engendro con mentalidad adolescente que, impulsado por una especie de picor rectal, aprendió por casualidad a usar la computadora, se cree con todo el conocimiento para llamarse diseñador y jura que los prilouders son lo mejor de una web. Cabe resaltar que él tiene una ventaja ante los clientes ineptos, creada por los de su clase (aunque parezca mentira muchos lo contratan) pero tú como profesional puedes crear tu propia ventaja competitiva, en base a una estrategia definida, y dejar de quejarte... aunque siempre está la opción de suicidarte

¿Ventaja competitiva?, ¿estrategia?, ¿de qué demonios me hablas y cómo hago eso?
En la próxima entrega conocerás qué es una ventaja competitiva, qué es una estrategia comercial, cuál es la principal estrategia de ataque de los profesionales renegados y de Pedrito del Palote y algunas consideraciones y sugerencias a tomar en cuenta para que los diseñadores creen su estrategia de trabajo y no estén desprotegidos en la turbulenta e incesante batalla laboral. ¿Tendrán los diseñadores alguna oportunidad contra Pedrito del Palote y sus secuaces?.... no se pierdan el próximo artículo
