El Evangelio de Nietzsche, es la segunda novela de Alberto Tocunaga Ortiz, donde se cuenta la tragedia de estos tiempos enfocando con una visión panorámica al mundo que nos toca vivir. En esta tarea los pensamientos de Nietzsche guían sus páginas, de manera que el pasado y el presente se encuentran, como es el caso de las palabras que el filósofo vertió cuando dijo: Dios ha muerto. Y es que hoy vemos que no fue una herejía, pues, se refirió a una muerte ficticia "ocasionada" por las instituciones y la ciencia que es a donde el hombre acude para curar sus enfermedades en vez de entregarse a plegarias. En este reencuentro con el pasado se toca aquella frase: Jesús no resucitó. Ésta era, según el filósofo, una patraña inventada por San Pablo, para atraer creyentes que se rendían ante el hecho portentoso de la resurrección. Pero, el protagonista de esta obra leyendo las notas que los teólogos hacen en la Biblia, encuentra que ellos dicen que el cielo no está en ninguna parte que no sea el mundo espiritual desde donde Dios dirige la historia del universo. No hay que mirar hacia arriba, arriba no está el cielo. Y de la resurrección dicen que no hay que preocuparse por la forma en que resucitarán los cuerpos, porque la resurrección sólo será espiritual. Esta nota hace recordar que Jesús en los evangelios dice que la resurrección es de los espíritus, pero no de los cuerpos.
Esta obra es una lucha para rescatar al hombre de las religiones; así, pone al descubierto los engaños con que curas y pastores atrapan a sus feligreses, imponiéndoles el estigma del pecado original y muchas más cosas que para ellos son pecados, como las relaciones sexuales sin estar casados (pecado de fornicación); sin embargo, el protagonista de la obra dice que una iglesia no acepta el rito matrimonial de otra como válido y se consideran mutuamente que están en fornicación aquellos que no pertenecen a la suya. De ahí se tiene que ante la farsa de la resurrección y la andanada de pecados, el hombre, subliminalmente, ha dejado de creer en Dios. Por ese motivo, empezando por los más grandes, se ven Jerarcas de países poderosos que a través de guerras y desde hace muchos siglos hasta la fecha arrasan con la vida de seres humanos. Un creyente no haría esas mortandades. Y en los más chicos, se ve que delincuentes le quitan la vida a sus víctimas por un puñado de dinero. ¿Qué clase de creyentes son estos?
Sin embargo, pese a todo, el protagonista de la obra demuestra que sin tocar la excelsa imagen de Jesús, y sin necesidad de que Dios tenga que hacer demostraciones de poder cabalístico, con una falsa resurrección, la creencia en la existencia de Dios, por primera vez encuentra el rumbo de la realidad y el auténtico destino de las personas.
wenceslao perez