Observa como entran el pequeño y su guardaespaldas al edificio de enfrente y también logra ver al otro grandote mirando por la ventana. Esta acostado en el piso, y solo asoma la cabeza. Rueda en el piso y se pone a observar el cielo, la lluvia le cae directo en los ojos y no los puede mantener abiertos.
“Lluvia, el lamento de los dioses, ¿De qué se estarán lamentando?; algo malo siempre me sucede con la lluvia ¿qué será esta vez?, no hay pistas ni señales, solo malos presagios.
En este tipo de noche me cuestiono todo, en una noche como esta comenzó todo, dos veces comenzó todo, mi nueva vida y mi nuevo objetivo con esta nueva vida, hay veces que me gustaría que nada de esto hubiera pasado, ni una cosa, ni lo otro. Quiero mi anterior vida, pero no es posible, puedo llegar cerca, pero no es lo mismo; la necesidad de sangre hace la diferencia, no puedo besar a mi novia sin sentir ganas de morderle el cuello para extraerle toda la sangre... y también tengo que cuidarme de mis nuevos enemigos, quieren matarme a toda costa por ser lo que soy ¿Cómo si pudiera haber elegido ser esto?”
Las personas en la habitación no se percatan de él, no lo ven ni lo presienten, no necesita arriesgarse tanto para saber lo que ocurre allí adentro, ya tiene a alguien encargándose de eso.
Vuelve a mirar, esta ves con especial interés por el grandote, lo ve alejarse.
“Ya vi lo que necesitaba ver”
Se para y va hacia la escalera, con rumbo a otro lugar mas seco
El pequeño continuo mirando con su cara de asco, detesta ese lugar sucio y detesta a la persona que viene a ver.
—Tomen asiento.
Ninguno de los dos lo hace.
—He venido a hablar sobre la liberación de Lea.
—Directo como siempre Kahan.
—Ya me conoces, ¿Cómo esta?
—Vivo, y sano... por ahora.
—Sabes muy bien que no confío en tu palabra.
—Lo sé —saca un celular, disca un numero, y comienza a hablar— Pásenme con él —le extiende el celular a Kahan.
—Lea, ¿estas bien? —Cabecea un poco, pasa unos segundos y le entrega el celular al raptor— ¿Qué quieren?
—Queremos un boliche, de la zona norte, mas precisamente “Moulang”, nos dijeron que es muy bueno.
—Rata asquerosa.
—¿Debo tomar eso como un no?
—No, esta bien, ¿Cuándo y donde hacemos el intercambio?
—En la esquina de Anderson y Kaplan a las 12:30 de la noche, dentro de tres días, los papeles hacelos a nombre de Richard Vaugh
—Esta bien. Tú, Lea, los papeles y yo, nadie más.
—De acuerdo.
—Hasta entonces.
Dan media vuelta y salen de la habitación, una vez en el pasillo caminan velozmente hacia el automóvil estacionado afuera.
—No creo que vaya a ser fácil el intercambio, no me gusta esa esquina —Comenta el guardaespaldas.
—A mi no me gusta él.
Dentro de la habitación, los otros dos vampiros se miraban sorprendidos, el primero en hablar fue el que abrió la puerta.
—Me llama la atención algo, acepto todo muy fácil.
—A mí también me extraña eso, debe haber algo atrás de esto.
—¿No era que confiabas en ellos?
—Si... pero últimamente ocurrieron cosas extrañas.
El conserje los ve bajar por las escaleras, esta vez les alcanza a ver los rostros, caminan como si el diablo los persiguiera. Pasan unos minutos y se le acerca un empleado de mantenimiento.
—Van a hacer el intercambio dentro de 3 días en la esquina de Anderson y Kaplan, a las 12:30 de la noche.
—¿Qué pidieron a cambio?
—El boliche “Moulang”.
—¿Un boliche?
—Si, eso escuche.