En 1954 Luther King se convirtió en pastor de la Iglesia Bautista en Dexter Avenue. Como es sabido, esta fue la era del racismo más fuerte en los Estados Unidos, en la que un niño de 14 años, un militar y un pastor fueron asesinados.
Martin se dedicó a proteger a su pueblo y a boicotear las leyes bajo las cuales los negros eran encarcelados con todo tipo de abusos, por supuesto leyes dirigidas por blancos. Siempre ha sido un promotor de la no-violencia, donde dio un discurso titulado “Tengo un sueño”, “donde se imagina que sus cuatro hijos vivirán algún día en un país donde no serán juzgados por su color, sino por el contenido de su persona”.
Era autocrítico con sus acciones y es cierto que a menudo tenía que hacer cosas que no podía imaginar, también recibía críticas de sus propios antiguos seguidores y de otros iconos negros que buscaban la libertad de otras maneras, como Malcolm “X” y Black Power.
El 4 de abril de 1968, a las 6:00 p.m., Martin Luther King estaba en el balcón del hotel donde se hospedaba con su familia y amigos en Tennessee, donde a las 6:01 p.m. un hombre blanco le disparó en el cuello. Cuando oyó los gritos, soltó a sus amigos, que lo encontraron tirado en el suelo desangrándose.