Cuando miramos ese "recortable" con la vista normal, nuestro cerebro reconstruye en 3D la imagen, y nos revela el "error" o engaño al que nos intenta someter el cocodrilo.
Al grabarlo con una cámara, perdemos el 3D, y nuestro cerebro no puede reconstruir el volumen.
Si lo grabáramos y mostráramos con esos sistemas de 3D, que requieren gafas de dos colores, volveríamos a perder el "efecto" de que el cocodrilo, nos sigue con la mirada.