Seguro que os habéis preguntado como integrar en una página web absolutamente cualquier fuente que usemos de forma local. Pues con CSS3 es de lo más sencillo.
Empezamos por añadir en una hoja de estilo o entre las etiquetas <style> y </style> la siguiente sintaxis:
Código :
@font-face { font-family: "el-nombre-que-quieras-poner"; src: url( fuente.otf );
Hay que tener en cuenta que el nombre que indicamos en font-family no es necesariamente el de la fuente, sino el que vas a indicar en el momento de asignar dicha fuente a una clase.
Por otra parte, la URL también dependerá de si el archivo está en la misma carpeta que el HTML o si habrá que subir o bajar algunos directorios.
Bien, hecho esto, ahora solo hace falta indicar donde queremos usar esta fuente.
Si, por ejemplo, queremos que se nos aplique en una cabecera h1 que tenga un tamaño de 26 píxeles, escribiremos:
Código HTML :
h1 { font-family: "nombre-que-hayamos-indicado-antes;" font-size: 26px;
Hecho esto, todos los textos contenidos entre etiquetas <h1> y </h1> se formatearán con esa fuente y tendrán un tamaño de 26px.
Ahora bien, os habréis fijado que he usado una fuente .otf en mi ejemplo. Debéis saber que si usamos fuentes .otf no funcionarán en Internet Explorer y que para que lo haga debemos convertirlas al formato EOT.
Conviene además indicar de nuevo todo dentro de <!--[if IE]> y <![endif]-->.
Eso es todo, ya puedes usar las fuentes que quieras en tu página web.
Espero que haya sido de utilidad. Si tienes alguna pregunta, no dudes en formularla en los comentarios.