Antonio tiene 14 años, el pelo rubio, algo oxidado, y en la cara sus primeras espinillas. Sus padres se llaman ........ y ..............., ése es un dato irrelevante para esta historia. Antonio nació en Sevilla (España), aunque él hubiese preferido nacer en Oregon (USA) o en New Jersey (USA también), pero no pudo ser, que remedio. Antonio, cuando no está en el colegio, está jugando con la Play Station.
Esta mañana de Sábado, sin ir más lejos, Antonio ha matado a 35 rusos, ha colocado estratégicamente 200 minas, ha saqueado y quemado un poblado entero a la cabeza de un comando de élite y se ha quedado con el dinero que sus superiores le habían dado para cambiarlo por rehenes. A cambio, con ése dinero, ha comprado 5 vidas, que sumadas a las 2 que ya tenía hacen 7, como las de su gato. Luego se ha pasado al enemigo.
Por la tarde ha habido un corte de luz por causa de las tormentas en el edificio de su casa, así que no ha podido continuar la partida. A él le hubiese gustado estrenar su nueva condición de soldado ruso, pero tendrá que esperar. Por éso se ha ido a un descampado que hay a un par de kilómetros de su casa y se ha sentado en la vía del tren en la posición del loto.
Según sus cálculos, el AVE de Madrid debería pasar por allí en un par de minutos a 260 Km/h. No es lo mismo que disparar con un bazoka a las posiciones enemigas, desde luego, pero la emoción está asegurada. Que muere, es seguro, pero eso a Antonio no le importa: se ha visto en peores trances y, sobre todo, aún le quedarán 6 vidas.